SANTO TOMÁS DE AQUINO
Nació en 1225 en el castillo de Roccasecca, cerca
de Aquino. Fue un teólogo y filósofo católico perteneciente a la Orden de
Predicadores. El principal representante de la enseñanza escolástica, una de
las mayores figuras de la teología
sistemática y, a su
vez, una de las mayores autoridades en metafísica. Es conocido también como Doctor Angélico, Doctor Común y Doctor
de la Humanidad, apodos dados por la Iglesia católica, la
cual lo recomienda para los estudios de filosofía y teología. Fue
muy popular por su aceptación y comentarios de las obras de Aristóteles,
señalando, por primera vez en la Historia, que eran compatibles con la fe
católica.
Tomás asumió
públicamente, numerosas ideas aristotélicas y completó las Exposiciones de las más destacadas obras de Aristóteles, del Evangelio de Juan y de las Cartas de Pablo el apóstol.
El pensamiento de Tomás de Aquino partía de la
superioridad de las verdades de la teología respecto a las racionales, por la
sublimidad de su fuente y de su objeto de estudio: Dios.
Aunque señaló que la razón era muy limitada para conocer
a Dios, ello no le impidió mostrar que la filosofía era un modo de hallar
conocimientos verdaderos.
Tomás señalaba que si se llegaba a una contradicción real
y no aparente entre una conclusión de fe y otra racional, la errónea sería la
de razón ya que Dios es infalible.
Tomás, como máximo exponente de la figura de Aristóteles, tiene
en el ser el punto de partida de su esquema del pensamiento. Tomás asocia la
esencia, por ser limitación, con la potencia aristotélica, y la existencia, por
ser perfección, como acto.
Tomás se refiere a
Dios, como plenamente subsistente no-contingente luego su existencia
se encuentra en su esencia, se define como el ser propio y absoluto, el Ser, como se verá.
A pesar del gran optimismo de Tomás respecto a Dios, éste
no estaba dispuesto aceptar cualquier vía para demostrar su existencia. Su
realismo aristotélico provocó numerosos enfrentamientos con los agustinianos.
Es poco menos que impresionante apreciar que Tomás,
por defender la verdad, es capaz de negar uno de los pilares doctrinales de un Doctor de la Iglesia, que él, como devoto creyente, considera casi
infalible.
Tomás da dos razones simples y fáciles de entender
para negar la conclusión del argumento.
·
Una radica
en la evidencia de la idea de Dios:
Que Dios
existe, es ciertamente evidente en sí, porque es su mismo ser, pero con
respecto a nosotros, Dios no es evidente. Que el todo sea mayor que las partes
es, en sí, absolutamente evidente. Pero no lo es para el que no concibe el
todo. Y así sucede con nuestro entendimiento.
·
Otra
radica en la existencia de la idea de Dios:
Y de que concibamos intelectualmente el
significado del término "Dios" no se sigue que Dios sea existente
sino concebido en el entendimiento. Y en consecuencia, el ser más perfecto que
se pueda pensar no es necesario que se dé fuera del entendimiento.
Aquí Tomás
distingue "pensar algo como existente" y "pensar algo ya
existente", señalando que la existencia es necesaria, es un deber-ser meramente
intelectual, no existencial.
Asimismo, Tomás defendió, con gran éxito, la
posibilidad de que el mundo fuera causado y eterno al mismo tiempo, es decir,
con término de ser pero no de movimiento físico, demostrando su cercanía con el
pensamiento clásico griego.
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