ARISTOTELES
Aristóteles
nació en el año 384 a.c. en una pequeña localidad macedonia cercana al monte
Athos llamada Estagira, de donde proviene su sobrenombre, el Estagirita. Su
padre, Nicómaco, era médico de la corte de Amintas III, padre de Filipo y, por
tanto, abuelo de Alejandro Magno. Nicómaco pertenecía a la familia de los
Asclepíades, que se reclamaba descendiente del dios fundador de la medicina y
cuyo saber se transmitía de generación en generación. Ello invita a pensar que
Aristóteles fue iniciado de niño en los secretos de la medicina y de ahí le
vino su afición a la investigación experimental y a la ciencia positiva.
Huérfano de padre y madre en plena adolescencia, fue adoptado por Proxeno, al
cual pudo mostrar años después su gratitud adoptando a un hijo suyo llamado
Nicanor.
Aristóteles
nació en el año 384 a.C. en una pequeña localidad macedonia cercana al monte
Athos llamada Estagira, de donde proviene su sobrenombre, el Estagirita. Su
padre, Nicómaco, era médico de la corte de Amintas III, padre de Filipo y, por
tanto, abuelo de Alejandro Magno. Nicómaco pertenecía a la familia de los
Asclepíades, que se reclamaba descendiente del dios fundador de la medicina y
cuyo saber se transmitía de generación en generación. Ello invita a pensar que
Aristóteles fue iniciado de niño en los secretos de la medicina y de ahí le
vino su afición a la investigación experimental y a la ciencia positiva.
Huérfano de padre y madre en plena adolescencia, fue adoptado por Proxeno, al
cual pudo mostrar años después su gratitud adoptando a un hijo suyo llamado
Nicanor. En la filosofía, Aristóteles
distinguía: 1) una parte teórica, relativa al ser, sus elementos, causas y
principios, 2) una parte práctica: sobre la actividad del hombre, y 3) una
parte poética: acerca de la creación. El objeto de la ciencia es lo general, a
lo que se llega por la razón. Pero lo general existe sólo en lo singular,
sensorialmente perceptible, y puede conocerse sólo a través de lo singular: es
condición de todo conocimiento general, la generalización inductiva, que no
puede realizarse sin la percepción por los sentidos. Aristóteles admitía cuatro
causas: 1) la materia o posibilidad pasiva de un proceso de formación, 2) la
forma (esencia, el ser del ente), la actualización de aquello que en la materia
está dado sólo como posibilidad, 3) el principio del movimiento y 4) el fin. En
Aristóteles, la naturaleza entera es concebida bajo el aspecto de consecutivas
transformaciones de la «materia» a la «forma» y viceversa. Sin embargo, veía en
la materia tan sólo un principio pasivo, asignaba la actividad a la forma y
redujo a ésta el principio del movimiento y el fin. La fuente última de todo
movimiento, según Aristóteles, es Dios: «motor primero e inmóvil». Ello no
obstante, la doctrina idealista objetiva de Aristóteles sobre la «forma», en
muchos sentidos es «más objetiva y más distante, más general, que el idealismo
de Platón y, por tanto, en filosofía natural, con más frecuencia =
materialismo» (V. I. Lenin, t. XXXVIII); «Aristóteles llega al umbral
del materialismo» (Rosental & Iudin).
PENSAMIENTOS
Aristóteles (384-322 a.C.) nos ofrece uno de los sistemas filosóficos más
completos y profundos del pensamiento antiguo. Su reflexión se ocupó de todas
las áreas principales de la filosofía (metafísica, filosofía de la naturaleza,
teoría del conocimiento, lógica, antropología, ética, política, estética...) y
en todos los campos, aunque influido por su maestro Platón, hizo aportaciones
originales. La filosofía de Aristóteles (y su expresión cristiana en la
filosofía de Santo Tomás) dominará el pensamiento occidental, tanto filosófico
como científico, hasta la aparición de los nuevos sistemas en el Renacimiento
(Galileo) y la Edad Moderna (racionalismo, empirismo, Kant), sin que estas
nuevas filosofías, sin embargo supongan la desaparición completa de la idea del
mundo y de los conceptos básicos propuestos 2.000 años antes por Aristóteles.
"Puesto que todo
conocimiento y toda elección tienden a algún bien, volvamos de nuevo a
plantearnos la cuestión: cuál es la meta de la política y cuál es el bien
supremo entre todos los que pueden realizarse. Sobre su nombre, casi todo el
mundo está de acuerdo, pues tanto el vulgo como los cultos dicen que es la
felicidad, y piensan que vivir bien y obrar bien es lo mismo que ser feliz.
Pero sobre lo que es la felicidad discuten y no lo explican del mismo modo el
vulgo y los sabios."
Aristóteles, Ética
a Nicómaco, I
“Si, pues, la mente es
divina respecto del hombre, también la vida según ella será divina respecto de
la vida humana. Pero no hemos de seguir los consejos de algunos que dicen que,
siendo hombres, debemos pensar sólo humanamente y, siendo mortales, ocuparnos
sólo de las cosas mortales, sino que debemos, en la medida de lo posible,
inmortalizarnos y hacer todo esfuerzo para vivir de acuerdo con lo más
excelente que hay en nosotros; pues, aun cuando esta parte sea pequeña en
volumen, sobrepasa a todas las otras en poder y dignidad lo que es propio de
cada uno por naturaleza es lo mejor y lo más agradable para cada uno. Así, para
el hombre, lo será la vida conforme a la mente, si, en verdad, un hombre es
primariamente su mente. Y esta vida será también la más feliz.”
Aristóteles, Ética
a Nicómaco, X
1. La amistad es un alma
que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas.
2. El ignorante afirma,
el sabio duda y reflexiona.
3. El sabio no dice todo
lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice.
4. Considero más valiente
al que conquista sus deseos que al que conquista a sus enemigos, ya que la
victoria más dura es la victoria sobre uno mismo.
5. La inteligencia consiste
no sólo en el conocimiento, sino también en la destreza de aplicar los
conocimientos en la práctica.
Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la
persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito
justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.
Algunos creen que para ser amigos basta con querer, como si para estar sano
bastara con desear la salud.
No basta decir solamente la verdad, mas conviene mostrar la causa de la
falsedad.
La esperanza es el sueño del hombre despierto.
Sólo hay felicidad donde hay virtud y esfuerzo serio, pues la vida no es un
juego.
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